Nació en Lugo en el 833 y murió en León el 905.
Descubierta su vocación religiosa comienza a predicar por las montañas de El Bierzo (la tradición le señala en la gruta de Ruitelán). Andaba de pueblo en pueblo enseñando la vida de los santos. Recorrió practicamente toda la provincia de León son us enseñanzas y adquirió bastante fama de orador. Sin embargo todavía no había sido ordenado sacerdote por considerarse indigno.
Se traslada al norte y, junto con Atilano de Tarazona, se quedan en una cueva en Valdorria. Su fama atrae gente de todo el reino que acuden a escucharle y finalmente se funda allí un monasterio.
Alfonso III le encarga que haga neuvas fundaciones en la frontera de su reino (el Duero por aquel entonces).
Al morir el obispo de León en el año 900, la gente pide a Froilán para sustituirle. En principio se niega pero «por clamor del pueblo que duro varios días» acaba siendo ordenado el 5 de junio del año 900, en la iglesia de Sta. María de Regla.
Es el patrono de la diócesis leonesa.